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"La ciencia es más que un simple conjunto de conocimientos: es una manera de pensar." -Carl Sagan |
Antes
que nada, debo aclara a que me refiero con escepticismo. Me refiero por
escepticismo a la posición filosófica, científica y epistemológica que
toma una posición crítica hacia las ideas, rechazando a las que no tienen suficiente
pruebas empíricas, llamado escepticismo racional o científico.
Bueno, “aplatanando”
el asunto, se puede simplificar que es
como decir que no aceptaras algo hasta que no haya pruebas contundentes de
ello. Un ejemplo sería no creer en hombres
lobo hasta que no veas uno, o por lo menos que alguien tenga la prueba
contundente de que haya sido testigo de uno (video y fotos, por ejemplo). Lo
que se considera una prueba contundente ya será motivo de hacer otras entradas.
Pero la
cuestión principal es por qué soy escéptico. La respuesta se remonta hace
varios años atrás, cuando era un adolescente. En ese tiempo me di cuenta de ciertas
cosas, que son sencillas, pero que todavía hoy me siguen sorprendiendo por lo
fácil de verificar que son.
1 La realidad es independiente de lo
que tú creas.
No importa cuán
convencido estés de algo, la realidad seguirá inalterable. No importa cuánto
creas que la tierra es plana, los satélites seguirán dándole la vuelta al mundo
con forma esférica. No importa cuánto niegues la existencia del virus del VIH, aún
seguirá afectando el sistema inmune de los infectados. Me di a entender verdad?
Para esos tiempos me agradaba pensar, debido a ciertas influencias filosóficas (objetivismo, idealismo, etc.), de que podíamos construir nuestro mudo con tan solo pensarlo, que nuestras ideas influían directamente en la realidad. Pero la evidencia me ha demostrado que no es así, pues la realidad no necesita que creas en ella para su existencia. Ella existe, fin. Lo que me lleva a mi siguiente descubrimiento:
Para esos tiempos me agradaba pensar, debido a ciertas influencias filosóficas (objetivismo, idealismo, etc.), de que podíamos construir nuestro mudo con tan solo pensarlo, que nuestras ideas influían directamente en la realidad. Pero la evidencia me ha demostrado que no es así, pues la realidad no necesita que creas en ella para su existencia. Ella existe, fin. Lo que me lleva a mi siguiente descubrimiento:
2- La realidad no necesita que la
defiendas.
Les parecerá
extraño a algunos, pero porque alguien diga que la Tierra es el centro del
Universo, no hay que mandarlo a la hoguera por eso. El Sol no empezará de
repente a dar vueltas alrededor de nuestro planeta. Un hecho real se probará
solo y no necesitas creer fervientemente en ella para que sea verdad. Si alguien duda que tengas un título de bachiller, solo tienes que
enseñarlo; si dudas de tu paternidad, solo se necesita una prueba de ADN; etc. Si
una afirmación está siendo puesta en duda, sólo hay que buscar las pruebas que
le dan el aval de veracidad, y si esa afirmación reflejaba la realidad,
sencillamente pasará la prueba. Lo que me lleva a mi siguiente conclusión:
3- Dudar, cuestionar, investigar y someterse
a un escrutinio autocrítico es parte esencial para acercarte a la realidad.
En los dos
primeros puntos no hay contradicción alguna con las religiones y demás
instituciones que utilizan la fe o “verdades” incuestionables para perpetuar
sus afirmaciones. Pero el tercero, que es fundamental para la investigación
científica y cualquier conclusión mínimamente seria, rompe relaciones con ellas.
La ciencia
se enriquece cuando sus afirmaciones son sometidas a un escrutinio y experimentación
estrictas. Cada tesis, cada investigación universitaria, cada experimento es un
sometimiento a prueba que cuestiona sus bases y la hace avanzar. Lo paradójico
es que el conocimiento de una persona también.
Si no sometiéramos
a escrutinio escéptico los conocimientos que nos inculcaron cuando niños,
todavía esperaríamos a que Los Reyes Magos nos trajeran nuestros regalos en
Navidad, o que si dejas un diente debajo de tu almohada vendrá el Hada de los
Dientes y te dejará una compensación por ello. Aunque haya citado creencias
infantiles, también se pueden incluir fácilmente ideas que adquirimos de
adultos, tanto mágico-religiosas como de índole personal.
Por lo que
me quedó claro en esos tiempos que no solamente leer era necesario para aumentar
mi compresión de la realidad, también tenía que leer con ojo crítico lo que
estaba leyendo. Pero a esto surge una pregunta, ¿en base a qué será el criterio
para juzgar lo que aprendo? Lo que me lleva a mi última conclusión:
4- La evidencia tiene la última palabra.
Esta suele
herir muchos sentimientos, pero es la más importante y la que da el punto final
para hacer la ciencia mas las deducciones derivadas de ella tan confiables.
Pero por
evidencia me refiero a evidencia empírica, preferiblemente que haya cumplido todas
las especificaciones del Método Científico.
No importa cuánto
aprecies una idea, cuantas carreras se hayan formado en base a esta idea,
cuantos discursos largos y convincentes se hayan predicado promoviéndola, lo
bella que parezca, que sea la tradición de tus padres o de tu grupo, etc. Si la
evidencia sugiere que esa idea es errónea, debe ser descartada, o al menos
modificada para que contemple la evidencia en su planteamiento. Así de simple. Nunca
debe ignorarse la evidencia en pro de mantener esa idea.
Estos pilares me han sido muy útiles en mi vida cotidiana, no solo en mi desempeño como estudiante de una carrera científica (medicina). Me han evitado muchos problemas, me han dado una buena protección en contra de los intentos de convencerme de ideas erróneas y engaños de personas sin escrúpulos , por lo que espero que a ustedes algún día les sirva también.
Pues bien,
aquí están mis razones para someter a escrutinio crítico toda la información
que me llegue. Aunque ustedes pueden ignorar estos planteamientos y denegar a los conocimientos
basados en evidencia. No tengo ningún problema, siempre y cuando no trates de
imponer tu visión por la fuerza a otros. Pero recuerda que la realidad es
independiente a lo que pienses.
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