jueves, 29 de noviembre de 2012

En qué creen los no creyentes?




Cada vez que expreso mi desligue de creencias en las religiones, especialmente al concepto de un dios que rija mi vida y pensamientos, usualmente las personas suelen lanzarme “¿Cómo así que no crees en nada? En algo tienes que creer.” Parecen incapaces de pensar en alguien que no necesite creer en cosas sobrenaturales para darle significado a su existencia, pues cuando esto pasa, parecen estar más cómodos si les dijera que creo aunque sea en Bishnú antes de ser totalmente libre de religiones.

Les comprendo totalmente, pues es una idea que han venido cultivando desde que son niños, y como sabemos todos, “árbol que crece torcido, jamás su rama endereza” –no estoy totalmente de acuerdo con esta frase, pero para el contexto en que la estoy usando la considero adecuada.

Pero la verdad es que en realidad sí creemos en algo, creemos en la evidencia. Como expliqué en mi entrada anterior, la evidencia es la que hace tan confiable la ciencia, la que hace que vayas al médico formado científicamente y no al brujo, naturalista, santero,  etc. Guiarnos por la evidencia es lo que nos hace ir por el camino correcto y es lo que nos hace crecer y sacarnos de ese mundo de fantasía en el que vivíamos de cuando éramos niños.

Pero  no es en cualquier cosa que sea proclamada como evidencia. Esta evidencia tiene que ser exhaustiva, epistemológica y metodológicamente analizada antes de ser presentada como tal. Aunque no todo en nuestras vidas los escépticos sometemos a este escrutinio tan difícil de pasar. Por ejemplo, si alguien nos dice que le dio de comer a su perro en la mañana, no por eso vamos a pedir una grabación de eso para creerlo. Pero la necesidad de que sea así va aumentando a medida que crece la importancia e impacto que tendría en nuestras vidas, así mismo como lo descabellada que suene, por eso:


“Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias”
-David Hume


La historia ha demostrado reiteradas veces que antes de tomar una decisión de gran importancia se deben estimar las pruebas que hay para respaldar dicha decisión. Nunca se deben tomar acciones que se ponga mucho en riesgo en base a poca o dudable evidencia.

Esta es la actitud que ha moldeado la ciencia, y al pensamiento escéptico e incluso a la (muy odiada) burocracia de las autoridades en una sociedad. Fíjese que para pedir un préstamo en un banco usted tiene que justificar con muy buena evidencia que tiene solvencia suficiente para pagarlo; si va a vender una casa, le piden un título autorizado por el estado para hacer la venta; entre otras cosas. Ellos saben que hay mucho en juego, y son sabios al no dejar el riesgo al azar.

Pero nuestra confianza en la evidencia va mas allá de someter a un estricto escrutinio las ideas nuevas que se nos presenten, también es deshacernos de ellas cuando demuestran ser erróneas. Si creíamos algo y luego se presenta evidencia contundente en contra de ella, tendremos a renunciar a esa idea. Así de simple. Esta es la característica principal que dota a la ciencia de su capacidad de avance y que la separa tajantemente de las religiones, ya saben, eso de “firmes en la fe”.

Estos puntos que he desarrollado aquí es en lo que una persona escéptica deposita su confianza. Claro, es muy diferente al sistema de creencias empleado por la mayoría de las religiones donde las “verdades incuestionables” imperan, pero da una idea de lo que aceptaríamos como real o no.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Por qué soy escéptico?

"La ciencia es más que un simple conjunto de conocimientos: es una manera de pensar." -Carl Sagan

Antes que nada, debo aclara a que me refiero con escepticismo. Me refiero por escepticismo a la posición filosófica, científica y epistemológica que toma una posición crítica hacia las ideas, rechazando a las que no tienen suficiente pruebas empíricas, llamado escepticismo racional o científico.
Bueno, “aplatanando” el asunto,  se puede simplificar que es como decir que no aceptaras algo hasta que no haya pruebas contundentes de ello. Un ejemplo sería no  creer en hombres lobo hasta que no veas uno, o por lo menos que alguien tenga la prueba contundente de que haya sido testigo de uno (video y fotos, por ejemplo). Lo que se considera una prueba contundente ya será motivo de hacer otras entradas.
Pero la cuestión principal es por qué soy escéptico. La respuesta se remonta hace varios años atrás, cuando era un adolescente. En ese tiempo me di cuenta de ciertas cosas, que son sencillas, pero que todavía hoy me siguen sorprendiendo por lo fácil de verificar que son.

1    La realidad es independiente de lo que tú creas.

No importa cuán convencido estés de algo, la realidad seguirá inalterable. No importa cuánto creas que la tierra es plana, los satélites seguirán dándole la vuelta al mundo con forma esférica. No importa cuánto niegues la existencia del virus del VIH, aún seguirá afectando el sistema inmune de los infectados. Me di a entender verdad?
Para esos tiempos me agradaba pensar, debido a ciertas influencias filosóficas (objetivismo, idealismo, etc.), de que podíamos construir nuestro mudo con tan solo pensarlo, que nuestras ideas influían directamente en la realidad. Pero la evidencia me ha demostrado que no es así, pues la realidad no necesita que creas en ella para su existencia. Ella existe, fin. Lo que me lleva a mi siguiente descubrimiento:

2-    La realidad no necesita que la defiendas.

Les parecerá extraño a algunos, pero porque alguien diga que la Tierra es el centro del Universo, no hay que mandarlo a la hoguera por eso. El Sol no empezará de repente a dar vueltas alrededor de nuestro planeta. Un hecho real se probará solo y no necesitas creer fervientemente en ella para que sea verdad. Si alguien duda que tengas un título de bachiller, solo tienes que enseñarlo; si dudas de tu paternidad, solo se necesita una prueba de ADN; etc. Si una afirmación está siendo puesta en duda, sólo hay que buscar las pruebas que le dan el aval de veracidad, y si esa afirmación reflejaba la realidad, sencillamente pasará la prueba. Lo que me lleva a mi siguiente conclusión:

3-    Dudar, cuestionar, investigar y someterse a un escrutinio autocrítico es parte esencial para acercarte a la realidad.

En los dos primeros puntos no hay contradicción alguna con las religiones y demás instituciones que utilizan la fe o “verdades” incuestionables para perpetuar sus afirmaciones. Pero el tercero, que es fundamental para la investigación científica y cualquier conclusión mínimamente seria, rompe relaciones con ellas.
La ciencia se enriquece cuando sus afirmaciones son sometidas a un escrutinio y experimentación estrictas. Cada tesis, cada investigación universitaria, cada experimento es un sometimiento a prueba que cuestiona sus bases y la hace avanzar. Lo paradójico es que el conocimiento de una persona también.
Si no sometiéramos a escrutinio escéptico los conocimientos que nos inculcaron cuando niños, todavía esperaríamos a que Los Reyes Magos nos trajeran nuestros regalos en Navidad, o que si dejas un diente debajo de tu almohada vendrá el Hada de los Dientes y te dejará una compensación por ello. Aunque haya citado creencias infantiles, también se pueden incluir fácilmente ideas que adquirimos de adultos, tanto mágico-religiosas como de índole personal.
Por lo que me quedó claro en esos tiempos que no solamente leer era necesario para aumentar mi compresión de la realidad, también tenía que leer con ojo crítico lo que estaba leyendo. Pero a esto surge una pregunta, ¿en base a qué será el criterio para juzgar lo que aprendo? Lo que me lleva a mi última conclusión:

4-    La evidencia tiene la última palabra.

Esta suele herir muchos sentimientos, pero es la más importante y la que da el punto final para hacer la ciencia mas las deducciones derivadas de ella tan confiables.
Pero por evidencia me refiero a evidencia empírica, preferiblemente que haya cumplido todas las especificaciones del Método Científico.
No importa cuánto aprecies una idea, cuantas carreras se hayan formado en base a esta idea, cuantos discursos largos y convincentes se hayan predicado promoviéndola, lo bella que parezca, que sea la tradición de tus padres o de tu grupo, etc. Si la evidencia sugiere que esa idea es errónea, debe ser descartada, o al menos modificada para que contemple la evidencia en su planteamiento. Así de simple. Nunca debe ignorarse la evidencia en pro de mantener esa idea.

Estos pilares me han sido muy útiles en mi vida cotidiana, no solo en mi desempeño como estudiante de una carrera científica (medicina). Me han evitado muchos problemas, me han dado una buena protección en contra de los intentos de convencerme de ideas erróneas y engaños de personas sin escrúpulos , por lo que espero que a ustedes algún día les sirva también.

Pues bien, aquí están mis razones para someter a escrutinio crítico toda la información que me llegue. Aunque ustedes pueden ignorar estos planteamientos y denegar a los conocimientos basados en evidencia. No tengo ningún problema, siempre y cuando no trates de imponer tu visión por la fuerza a otros. Pero recuerda que la realidad es independiente a lo que pienses.